Llevo días, semanas, incluso puede que meses pensando sin parar en el arrepentimiento, en esa maldita culpabilidad que nos embarga a todos de vez en cuando.
Basado en lo que pensamos que los demás podrían pensar (un total comedero de cabeza) o quizás siempre basado en el miedo a lo poco que puedan pensar los demás de nosotros y/o la forma en que nos ven. Siempre como tema principal la aceptación, aunque no me detendré ahí. Creo que ya he hablado demasiado sobre ese tema.
Pero si, nuestro miedo a defraudar y a no ser lo que los demás esperan es el cause de nuestra vida, nuestro miedo y nuestro rencor.
El temor de siempre: ser menospreciados, ser repudiados o ridiculizados por nuestros gustos. Pues bien, llegó el momento en que deje de dar explicaciones por las cosas que me gustan, por las cosas que defiendo.
Ha llegado el momento de no sentirme menos por las decisiones que tomé, sobre las personas que amé, sobre las cosas que dije. Son mi pasado y mi futuro, cada pequeña cosa me ha echo quién soy ahora, por lo tanto no reniego de mi pasado. Lo guardo como mi tesoro, como mi triunfo mientras espero a mi futuro.
Cada cuál con su propia locura.
Todos intentamos salir de ésta realidad autoimpuesta, coreografiada y ridícula. Todos buscamos el escape, la forma de salir del montón, de ser diferentes.
Aunque al mismo tiempo eso nos haga sentirnos excluidos. El gran dilema del ser humano. Luchar por lo que quieres y luego sufrir por que lo tienes. Ansiamos libertad de expresión pero cuando la tenemos llega el temor de expresarnos y no ser aceptados.
Bueno, cómo bien dijo Peter Parker: Todo poder conlleva una responsabilidad. Y el ser auténtico y con fuertes opiniones siempre nos crearán enemigos pero mucho mejor aún, nos acercarán a las grandes personas que enriquecerán nuestras vidas.
Por lo tanto, ¿A dónde quiero llegar con todo esto?
Simple.
Que les jodan a todos, sobre todo a los que te miran en menos cuando somos grandes. Cuando somos increíbles, cuando somos auténticos, especiales y gloriosos.
Dejemos de menospreciar la belleza de cada uno, lo que nos hace especiales.
Dejemos de ver lo que está de moda, lo que es cool, lo que más gusta.
!Hagamos todo lo contrario!
Llamaremos la atención por ser diferentes, pensar diferente, vestir diferente. Ser la mierda despreciada por la sociedad.
Seamos la escoria, la minoría.
Seamos feministas, anarquistas, pro-aborto, pro decisión de cada mujer, pro lo que sea. Seamos nuestras propias leyes, nuestro propio código civil. No aceptemos ordenes de hombres que no nos entienden, que lo han tenido todo y no saben nada de lo que es el autentico sacrificio.
Nadie hace arte sobre los ricos, sobre los que nacen con todas las comodidades, sobre los que siguen al rebaño.
El arte es para los luchadores, para el sacrificio, para el sufrimiento, sudor y lágrimas. Para el amor no correspondido, para el amor no convencional.
Encontremos nuestro arte interior. Nuestra forma de contribuir a la humanidad siendo originales, creando cosas nuevas, distintas, aterrorizantes y hermosas.
¿Porqué ser la copia cuando podemos crear un nuevo patrón original?
¿Cuál es nuestro legado a las futuras generaciones?
Hagamos que nuestro paso por el planeta valga la pena.
Sal a la calle, lucha por tus ideales. Rie de las cosas que quieras, llora cuando quieras, sé todo lo sarcástica que quieras sin temer si los demás te malinterpretan.
¿Quiénes son ellos? Nada más que máquinas programadas para seguir el patrón, asustados de sus propios sentimientos e ideas.
Maquinas cuando tu eres poesía inmaculada.
No es fácil, pero lo haré, lo haremos.
Todos nosotros, los que nos hemos dado cuenta de las cosas que valen la pena, nosotros; los guerreros de la luz.
Es nuestro himno, nuestro legado, el alegato al ser tú mismo. Sin más
Sin explicaciones, sin intro.
Sólo tú.
Con eso basta.