miércoles, 22 de mayo de 2013

19-05


Un segundo perdida en mis pensamientos, un segundo que detuvo mi vida.
Miré por la ventana y te vi.
Me hiciste sonreír. No porque dijeras algo gracioso, la gracia estaba en tu cara, en tu sonrisa con hoyuelos, tan diferente entre tantas caras y cuerpos iguales, con tu sombrerito encantador y tus suspensores. Y esa mochila verde militar.
Tocabas la trompeta. El ukelele y el acordeón son mi sueño, y el tuyo la trompeta, ¿seremos compatibles? Podríamos crear un grupo y hacer bailar a los gatos, que meneen sus colas y le den envidia a los perros.
Me cautivaste, me fascinaste. No pude dejar de mirarte, de absorber cada pequeño gesto, cada pequeño detalle de ti. Eres torpe. Me gusta lo cotidiano que te veías, pero al mismo tiempo, desprendías una luz diferente.  
Te observe durante largo tiempo, me perdí en mis pensamientos y le susurré al viento: encuéntrame.

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